Castillo de Sancti Petri y Punta del Boquerón

























La punta del Boquerón es un cabo arenoso de la costa atlántica andaluza, situada en el extremo sur del municipio de San Fernando (Cádiz, España), formando la orilla sur de la playa de Camposoto, también conocida como playa del Castillo. La punta está flanqueada por el océano Atlántico, al oeste, y por el caño de Sancti Petri, el brazo de mar que separa el tómbolo arenoso que forman San Fernando y Cádide la península Ibérica. Frente a la orilla del Boquerón se encuentran la playa de Sancti Petri, perteneciente a la vecina localidad de Chiclana de la Frontera, y el islote de Sancti Petri (el la que se encuentra el castillo del mismo nombre), que pertenece a San Fernando.
El 7 de octubre de 2003 la Junta de Andalucía declaró la zona como monumento natural. En su superficie de 74 hectáreas, que constituye una línea de dunas vírgenes emergidas del Atlántico, se pueden encontrar restos de construcciones militares, que demuestran la importancia estratégica, desde el punto de vista militar, que tuvo esta zona.
En la imagen podemos observar los restos de la antigua calzada romana que unía el Castillo a la isla de Cádiz por una vía que hoy no existe debido a la acción del mar.

La aventura de llegar por mar al templo de Hércules

Deporte, naturaleza y aventura en dos horas y media. Basta con acudir al poblado de Sancti Petri en Chiclana (Cádiz) para descubrir un tesoro extraordinario. Hay muchas rutas organizadas en la provincia gaditana para redescubrir escenarios que pasan inadvertidos para los lugareños y los turistas y que hay que revitalizar, pero la ruta en kayak que se hace hasta el Castillo de Sancti Petri merece un capítulo aparte. 

No es la única que la empresa Sancti-Petri Kayak hace desde el puerto deportivo, pero sí la que atrae a más visitantes por la leyenda que rodea al castillo, una fortificación de carácter defensivo enclavada en un islote situado en el término municipal de San Fernando, vecino de Chiclana. Este baluarte, de gran importancia estratégica y militar, formaba parte de la línea de fortificaciones que protegían la costa y la entrada del caño de Sancti Petri. 

Los datos históricos que se manejan señalan que la expedición que fundó Gadir, allá por el año 1100 a. C., levantó en la parte oriental de ésta un santuario, el templo de dios fenicio Melkart, un protector de navegantes y comerciantes, que actualmente se correspondería con la isla de Sancti Petri. El templo ya no existe, pero estaría situado en el lugar que ocupa el castillo. Eso parece atestiguar el hallazgo de distintos restos arqueológicos en dicha isla y bajo dicho castillo, incluida una figura del propio dios fenicio, que pasaría a ser más adelante el Hércules gaditano. 

El castillo es un conjunto de edificaciones levantadas a partir del siglo XVI y sobre todo del siglo XVIII como baluarte defensivo contra los ataques de piratas, poco antes de ser duramente bombardeado por el ejército francés de 1810 a 1812 durante la Guerra de la Independencia. 

De todo esto se informan los visitantes después de realizar un trayecto desde el puerto deportivo de Sancti Petri hasta el propio castillo. Se hace a un ritmo relajado y no es necesario tener experiencia en el maneja del kayak. Clara, la coordinadora, da una pequeña clase con los conceptos básicos antes de empezar y con eso basta para dominar la piragua doble. El regreso, tras unos 45 minutos de explicación, también es bastante llevadero. 

Eduardo Quijano conoció el mundo de la piragüa a finales de los noventa y se lanzó a crear una empresa que ha ido creciendo sin cesar desde entonces. Ahora se pueden alquilar los kayaks, hacer paddle surf, realizar la ruta del castillo, otra por las marismas y la kayakterapia, que es una ruta donde la salida se hace dos horas antes de la puesta de sol. Ahí los colores de las marismas cambian, son más pálidos, el viento baja de intensidad, la superficie del mar queda como en un plato, se aprecian más los valores y los encantos del Parque Natural de la Bahía de Cádiz. Recibe el nombre de terapia por el efecto de relajación que llega a producir. 

Las rutas guiadas se pueden realizar durante todo el año, pero la mayor parte de las visitas se realizan desde Semana Santa hasta septiembre, coincidiendo con el inicio del curso escolar. "Es una pena porque la ruta de las marismas cuando más se puede disfrutar es en noviembre, diciembre y enero porque es cuando hay más aves migratorias por aquí y es cuando menos gente viene", señala Quijano. Otro gran descubrimiento mientras se realiza la ruta puede ser la Punta del Boquerón, una playa virgen encuadrada dentro del espacio protegido del Parque Natural y a la que sólo se puede acceder andando por un sendero desde la playa isleña de Camposoto en un trayecto de unos 45 minutos. 

La zona conjuga lo natural con lo histórico porque se pueden contemplar los vestigios de los entramados defensivos que había hace algunos siglos para defender la zona de los ataques enemigos. Las baterías de Urrutia, Aspiroz, San Genis y San Melitón de Calavera, junto al reducto de Lacy y el castillo de Sancti Petri forman parte del conjunto de fortificaciones de la Punta del Boquerón. Tenían la misión de proteger la entrada sur del caño de Sancti Petri y cerrarlo al paso de buques franceses. Ahora abren sus puertas para dar a conocer sus valores, a mitad de camino entre el mito y la realidad.

Eldiario.es

Atardece en el paraíso...


Los "7 puntos mágicos" de Chiclana

Los 7 Puntos Mágicos de Chiclana de la Frontera, se denomina a la ruta creada en el año del 7º Centenario de la Creación de la Ciudad de Chiclana, en la provincia de Cádiz. Es una ruta que mezcla las mejores vistas de Chiclana con la historia del municipio, recomendada para visitantes.
Los siete puntos mágicos de Chiclana son: La Colina de Santa Ana, La Loma del Puerco, El Templo de Hércules, Las Salinas, Miralmar, El Carrascal y La Espartosa.
A los pies de cada uno de estos lugares se cita en una placa de piedra la referencia histórica en un párrafo. Como por ejemplo el que se puede leer a los pies de la Torre del Templo de Hércules:
Caminante, desde aquí tus ojos contemplan hoy el mismo escenario que hace tres mil años contemplaron los fenicios y eligieron para construir su famoso Templo a Melkart (hoy Castillo de Sancti Petri). Tú disfrutas ahora de este espectáculo único que tanto los fenicios como Aníbal y Julio César pudieron ver al atardecer durante los equinoccios de primavera y otoño cuando el candente disco solar se ponía justo en la vertical del Santuario de Hércules antes de que, según sus creencias, se apagaran las aguas del Atlántico con estruendosos chirridos.

¿Hércules en Andalucía?

¿Qué hace un héroe mitológico como Hércules en el escudo de Andalucía? ¿Y en el de la ciudad de Cádiz? ¿Por qué sus famosas columnas figuran en el escudo de España?
Una vez llegado al punto en el que África y Europa se unían, cuenta la leyenda que el hijo de Zeus abrió un estrecho para comunicar el mar con el gran océano y acceder así con mayor facilidad a la isla de Eritia (que algunos identifican con la actual Sancti Petri), próxima a Cádiz. A ambos lados del estrecho erigió dos columnas, las famosas Columnas de Hércules, que servirían de límite y separación de dos continentes y del Mediterráneo y el Océano Atlántico. Otras versiones señalan que las columnas son en realidad dos montes a cada lado del estrecho. «El mito de la fijación de las Columnas es un tema riquísimo que nace de la necesidad de delimitar la esfera del mundo conocido así como de señalar la frontera de lo humanamente posible», señala Francisco Sánchez que cita a Píndaro como fuente principal.
En Cádiz existió un santuario en Sancti Petri dedicado a Melkart, el dios protector fenicio de origen cananeo, con dos altas columnas, que sufrió un proceso de fuerte helenización ya desde finales del siglo IV a.C.. El profesor de la Universidad de Málaga señala cómo este proceso se constató con la introducción de elementos como la decoración de las puertas con los trabajos de Hércules y con «transformaciones importantes en el culto del dios que quizás desembocaron ya en época romana en un completo sincretismo». Melkart pasó a identificarse con Hércules y el lugar se convirtió en el Heracleion gaditano, donde, según la «Chorographia» de Pomponio Mela, existía una tumba de Hércules.
¿La tumba de un dios? «La presencia de un sepulcro heroico, como epicentro de un espacio sagrado, un “herôon”, no repugna a la religiosidad griega; ni la ambigüedad siempre presente en la figura de Heracles, su doble naturaleza divina y humana. Su muerte en la pira del Eta y su también divinización y entrada de pleno derecho en el Olimpo no debió crear rechazo alguno entre los visitantes griegos y romanos del santuario», afirma el profesor de Historia Antigua.
Tras robar el ganado a Gerión, la leyenda cuenta que el héroe se adentró por el Guadalquivir hasta llegar al lugar donde hoy se encuentra Sevilla y allí levantó seis altos pilares para delimitar la ciudad que después construiría Julio César.
Andalucía aún hoy recuerda estas leyendas de las que fue escenario en el escudo de la comunidad, que aún esconde el «Hercules fundator dominatorque», y en el propio de la ciudad de Cádiz, así como en otros elementos como la Alameda de Hércules en Sevilla.

¿Quién fue el Dios Melkart?

Melkart fue una divinidad fenicia de la ciudad de Tiro, a la que estuvo consagrado en un principio el templo de Heracles en la antigua ciudad de Cádiz. Su culto, centrado en el fuego sagrado de las ciudades, se extendió por todas las colonias de Tiro.
Era la forma fenicia del dios Baal. Originariamente era un dios agrícola, del campo, la vegetación, la fecundidad y la primavera, por lo que su ritual comprendía una serie de ritos de muerte y resurrección cíclicos anuales, coincidentes con las estaciones del año. No obstante, también era una deidad marina, pues era una divinidad de carácter sincrético. Pasó luego a ser considerado «rey de la ciudad», que es el significado etimológico de su nombre (melk, rey), y como patrono de la ciudad de Tiro se transformó también en dios de la colonización y de la protección de la navegación. Los tirios lo consideraban el guía de sus viajes marítimos y exploraciones, de modo que le consagraron el templo fundado al mismo tiempo que la ciudad de Cádiz en el otro extremo de la isla mayor, donde hoy se encuentra el islote de Sancti Petri y en el que, según la leyenda, Aníbal hizo el juramento de odio eterno a los romanos antes de marchar hacia Sagunto e iniciar la Segunda Guerra Púnica. Aunque también se decía que lo hizo siendo un niño en Cartago. Fue conocido en la antigüedad como el santuario de Heracles o Heracleión. Los almorávides lo destruyeron en el año 1146, buscando el tesoro, encima del cual construyeron el Castillo de Sancti Petri.

Desde Gallineras al Castillo de Sancti Petri


Yacimientos subacuáticos en Sancti Petri

Yacimiento Subacuático Sillares del Castillo de Sancti Petri

Se trata de un espigón de sillares construido sobre roca natural que conserva poca potencia. La construcción parte de la laja de piedra a pie de la playa del castillo en dirección norte, hacia un bajo rocoso tras el cual se da la máxima profundidad de la zona. Su cronología se remonta a la Edad Moderna.

Yacimiento Subacuático Cañones del Arrecife de Sancti Petri

Casi en el centro del arrecife, en su cara exterior, se localizó un arganeo de grandes dimensiones, mientras que en la pendiente se detectaron un total de siete cañones de hierro. Cronológicamente el yacimiento pertenece a la Edad Moderna.

Yacimiento Subacuático Desembocadura del Caño de Sancti Petri

Área objeto de una prospección superficial con recogida sistemática de piezas. En concreto se trata de un yacimiento con gran acumulación de material cerámico bastante completo. La cronología abarca tres momentos culturales: siglos I-II d.n.e., s. IV-V d.n.e y s. XI-XII d.n.e.

Cadizpedia

El Poblado de Sancti Petri

Asentamiento fenicio en la antigüedad en cuya costa se erigió el Templo deMelkart (Dios del Comercio) y posteriormente sobre sus ruinas el Templo de Hércules Gaditano (hoy Castillo de Sancti Petri, fortaleza en ruinas en proceso de restauración).
En 1929, el Consorcio Nacional Almadrabero adquiere los terrenos por 225.000 pesetas iniciándose una boyante actividad pesquera que haría que en los años 1946-1947 el asentamiento de pescadores en torno a la industria almadrabera, llegara a convertirse en pedanía de Chiclana de la Frontera con una parte de población estable y otra parte estacional durante los cinco meses de la temporada atunera que procedían de localidades de Cádiz y de provincias cercanas como Huelva, Málaga y Almería. El poblado llegó incluso a contar con un Alcalde de Barrio dependiente del Ayuntamiento de Chiclana de la Frontera.
A mediados de los años 70 la pesca del atún comenzó a escasear y finalmente se disolvió el Consorcio Almadrabero, que cierra sus puertas en 1973, siendo los terrenos adquiridos por la empresa Sancti Petri S.A. por 85 millones de pesetas. Sin actividad concreta en este periodo, el poblado es paulatinamente abandonado por sus pobladores hasta que en 1979 el Ministerio de Defensa expropia los terrenos por 158 millones de pesetas, quedando bajo su titularidad hasta el año 1993.
Durante los años en los que fue titularidad de Defensa, el poblado presentó un aspecto fantasmagórico a la vez que bello y nostálgico para los que una vez habitaron sus casas. Muchos de los que fueron sus vecinos conservan aún la llave de su casa, pese a que durante el abandono los edificios se fueron derrumbando.
Tras la desafectación de los terrenos expropiados a la empresa Sancti Petri S.A. del fin público de uso militar por el Ministerio de Defensa, se inició un complicado proceso judicial en la que los antiguos propietarios reclamaban la titularidad de los terrenos. En 1997, Costas autoriza el deslinde del dominio público marítimo terrestre. En 1999, el Ayuntamiento propone a Costas la creación de un consorcio con la Junta para la gestión del poblado. En 2001, la entonces Empresa Pública de Puertos de Andalucía (hoy Agencia Pública de Puertos de Andalucía - APPA) presenta un Plan de Usos donde se descartan los fines inmobiliarios. Hoy en día, se permanece a la espera de que los terrenos pasen a propiedad de la APPA para comenzar con la rehabilitación del poblado, al tiempo que se han establecido negocios de hostelería y el Puerto Deportivo Sancti Petri.

Sancti Petri y al-Ándalus

Una célebre descripción anónima de al-Ándalus, titulada Dikr bilad al-Andalus (Mención del país de al-Ándalus), hace referencia a la isla, al templo y su destrucción:
En esta isla se halla el monumento llamado Ídolo de Cádiz, situado a la orilla del mar; en altura, perfección y belleza, esta obra no tiene otro parangón que el monumento de la ciudad del faro, en Yillīqiya [Galicia]. El Ídolo de Cádiz era una almenara de cien codos de altura [...] sobre la que aparecía una imagen antropomórfica de maravillosa naturalidad, equilibrio y tamaño; su rostro se volvía hacia occidente, donde está el Océano, y envolvía su cuerpo en un manto, protegiéndose del norte. [...] Este faro constituía para los musulmanes un guía en el mar, pero fue destruido por `Alī `Īsà b. Maymūn en el año 540 (1145-46), cuando se rebeló en la ciudad de Cádiz.

Los sacrificios humanos en el templo de Melkart

Los navegantes procedentes de Tiro establecieron la colonia de Gadir y eligieron para ello el extremos sur de la gran isla gaditana. La erosión marina ha separado el Área del templo de la isla primitiva, convirtiéndola en el actual islote, sonde no se conserva más que las ruinas de una fortaleza moderna. El Templo de Melkart llegó a convertirse en uno de los
santuarios más importantes del mundo antiguo y su divinidad alcanzó una extraordinaria difusión, especialmente durante el alto imperio romano.
El templo debía tener como elemento principal un gran recinto o área sagrada, dentro de la cual estaría el edificio propiamente dicho, con las puertas de bronce decoradas y las restantes reliquias y altares. Había allí dos pozos, uno de ellos de agua dulce, cuyo régimen de caudal era inverso al de las mareas, fenómeno estudiado directamente por el geógrafo griego Posidonio. Debido a al origen oriental del culto, no existía una imagen del dios en el templo, sino solamente los altares destinados a los sacrificios.
Quizá sea este, el sacrificio, el elemento esencial de la religión fenicia. Conservando el antiguo sentido cananeo, el ofertante fenicio sacrificaba generalmente ganado mayor y menor, pájaros  ofrendas de grano, aceite, leche, vino, etc. Pero también realizaba sacrificios humanos.
El sacrificio de primogénitos era ya una practica antigua. Quizá debe remontarse a mediados del III milenio y los fenicios no lo suspendieron. La mayor parte de los restos de las incineraciones aparecidas en Salambó (Cartago),entre otros muchos lugares, demuestran que un 80% no superaba los dos años de edad, aunque no faltaban victimas de mayor edad; se han encontrado en las urnas de los sacrificios las pruebas de que habían sido entregados al fuego purificador, niños incluso de 12 años.
El ritual consistía en la entrega al sacerdote por parte de los padres de su hijo, este llevaba al niño en sus brazos ocultándolo de la vista de los presentes en el momento del preciso golpe de cuchillo. Cuando se incinera el cuerpo, la música y la alegría del pueblo redimido con el sacrificio anulaban los gritos desconsolados de los padres, mientras su hijo se reunía con la divinidad. No debemos llevarnos ninguna sorpresa ni considerar por ello que la religión fenicia era especialmente sangrienta, pues ni siquiera los griegos habían perdido por completo esta práctica en el siglo IV a.C. Según Diodoro, los niños continuaban siendo quemados en aquella época en sacrificios rituales.